Hoy propongo ante el mundo que nos mira
el verso santo y a la vez profano,
con una pincelada de mi mano
y las notas sentidas de mi lira.
No manejo la alquimia del arcano
ni los tonos mundanos que respira
el fuego azul en la crujiente pira
o el sino substancial y tan humano.
Me inspira caprichoso y diletante
estar en ti, rendido en cada instante
y aquel rumor de lo que tú dijiste.
Me mueve la pasión para adorarte,
el emblema sublime de mi arte
y lo que siempre para mi tú fuiste.
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