Solo percibia tus susurros,
sobre mi boca enfebrecida,
calmando mi hambre de amor,
con aquellas suaves caricias.
Bajo la presión de tu cuerpo,
el mio se agitaba y estremecía,
cual sábana de lino blanco,
pegada a tu cuerpo me sentía.
Era parte de ti, pluma, brisa,
me desplegaba sin pedirmelo,
eres dueño, soy tuya,me tienes,
te fundes conmigo, en mi,
dándome el instante único,
en que amando vivía y moría.
Para dar y recibir amor,
con esa entrega total, divina,
en que una se siente feliz,
especial, amada y querida,
rindiéndose a tu pasión,
para colmarte, complacerte,
y darle su verdadero sentido,
a la fuente de la vida.
|