Sigue doliendo en el alma,
los golpes de escalpelo,
aquel llegar de tus labios,
imparable, en silencio,
sentirme beber de tu cielo,
que me arrancan a tiras,
poco a poco tu recuerdo.
Martillean constantemente,
caricias complicidad y juego,
tus frases, horas, días fugaces
de los que vive mi mente.
Y tiendo mi cuerpo al sol,
imaginándote cerca y lejos,
que vienes de nuevo hacia mi,
para hacerme vivir de nuevo,
en el oasis de mis desiertos.
Ay si tu hoy supieras,
cuanto te echo de menos,
acudirías en mis horas bajas,
vendrías a amarme en mis sueños.
|