El ego nos deja ciegos,
nos impide ser felices,
nos esclaviza a su antojo,
huye el amor de nuestra vera,
nos hunde en la desesperación,
la prepotencia nos confunde,
el orgullo nos atrae,
el ego nos pisotea
porque estamos a su servicio,
no somos capaces de cambiar
para mejorar,
seguimos en la vorágine
de las vanidades y del ensueño,
no queremos ver la realidad,
el ego es nuestro peor enemigo
al que hay que combatir
para poder un día alcanzar
la paz interior,
la armonía, el amor,
por nuestro ego
Cristo murió en la Cruz,
clavemos mejor al ego
y bajemos al Señor
para que entre en nuestro corazón.
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