Era un dia calmo,
habia serenidad en mi alma,
topé sin querer con alguien,
que me dijo abiertamente
aquello que no esperaba.
Pero no sabia él
que cuanto yo aparentaba,
era solo pura fachada,
una vez mas mi defensa,
antes de ser atacada.
Un no querer sentir dolor,
por desear ser única,
querer ser a quien dedicaba,
unicamente unas palabras.
Y caminando por el mismo filo,
algo mágico me aguanta,
me trae luz y agua clara,
de la que puedo beber,
para saciar esta sed,
que vivifica y me apaga.
Fue solo una charla,
luz en mi horizonte,
superando cada tropiezo,
fui encontrando la calma.
Admiti ante mi misma
cuan equivocada estaba,
y busqué en su diálogo,
su perdón, y confianza,
una mano tendida,
a la que cogerme,
y ser levantada.
Era la primera vez,
que con él hablaba,
un fiel reflejo,
de lo que ser deseaba.
Fuerza, valor, decisión,
no dejar ya nunca mas,
que mi paz sea perturbada,
por algo que que se cruce,
en mi camino sin razón.
Y derrumbé el puente elevadizo,
de mi castillo interior,
dentro del cual me refugiaba,
para no sentir dolor.
Me asomé a sus ventanas,
respirando nuevas fragancias,
divisando cuanto hay alrededor,
lleno de vida y color,
para dar tan solo gracias.
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