Mis versos no tienen dueño,
solo mi corazón sangrante,
fluye cuanto dolor le nace,
para que cobren vida,
si se pierden en el aire.
Amores? me pregunto,
palabras vienen y van,
sentíres acallados,
cuando nada nos dan.
En dar-nos, nos reciben,
y al recibir se nos dan,
tanta vida como queremos,
al vivirla con afán.
Camino que eres andado,
que jamás de ti me olvide,
que mire otras huellas,
y sobre ellas camine.
Aquí en la penumbra,
habitación solitaria,
rienda suelta a las ideas,
que al dormir me asaltan.
Quizás te hable de amor,
porque de amor se vive,
quizás te hable de muerte,
y entonces todo termine.
|