Si del mar tuviera su infinito oleaje
con su canto, la brisa acompañaría
los suspiros que de mi alma brotaría
como perlas adornando mi traje
Si del sol un sólo rayo tuviera
pintaría, un trigal en la pradera
para saciar el hambre en las miradas;
caminando con esperanzas bordadas,
con intenso trinar de primaveras,
y teas de amor iluminando quimeras
Si de la luna su magia tuviera
de mi cabello sedoso tomaría
las cuerdas del violín que arrullarían
mis sueños cuando mi alma durmiera
Pero mi naturaleza es tan sencilla
y sólo sueña dejando sus huellas
tenues, grabadas en la tibia orilla
de la onírica arena, espejo de estrellas.
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