No maltrates a un niño en mi presencia.
Porque con toda mi dulzura y mi prudencia,
te voy a responder de igual manera.
Y sentirás en tu carne la experiencia,
de sufrir el dolor que representa,
lastimarlo ¡de esa cruel manera!
Trátalo con amor, con disciplina,
y si acaso el niño no asimila,
convérsale muy quedo en el oído.
El te comprenderá... si lo lastimas,
se volverá rebelde, y con muy baja estima,
y a otros les dará, mañana ese castigo.
Son ángeles recuerda, ángeles terrenales,
y ni siquiera los fieros animales,
son capaces de maltratar sus propios hijos.
Así que por favor, con humildad te pido,
no los maltrates ¡nunca! son ángeles divinos,
y si esto no bastara ¡entonces te lo exijo!
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