Hoy, un alma conmovida ha ido a tu tumba
y en ella depositó mi estremecido mensaje,
aquel que nunca pensé que a ti llegase.
Hoy, puede servir mi modesta expresión,
con inesperada y desinteresada ayuda,
para canalizar un compungido dolor.
El de un pueblo al que se le fue la voz,
el de un pueblo que con ella deslumbró.
Hoy sobre el mar, al final del río,
te acompañarán mis versos, Rocío.
|