Amanece un nuevo día,
tu misterioso silencio,
un sentir raro produjo,
el tiempo nos aleja,
llevando a cada cual,
a su conocido refugio.
Silenciar, distanciarse,
es la mejor medicina,
que puede recetarse,
para que no te piense,
para no enamorarse.
Mas entre la rabia y el dolor,
cabe un poquitín de odio,
con un mucho de amor,
que con perdón borro yo.
Siento que eres ave de paso,
picando en cada era,
arrasando semillas frescas,
sin importar que no crezcan.
Me duele corazón y alma,
porque en ella te has fijado,
para pasar de largo,
sin importar como ha quedado.
Vuela alto, surca los espacios,
pero no interrumpas mi vuelo,
de alas, rotas, solas,
agonizando a ras de suelo.
O repara mi ala, ya,
y ayúdame a volar,
cortando ese lazo,
para poder caminar,
con mi pie descalzo.
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