Es como fuente surtidora de agua
que incita de los labios las sonrisas,
de los arrullos tiene las divisas
radiantes como el hierro entre la fragua.
Irrumpe siempre con voraz derroche
en los veneros de la edad temprana,
resuena como timbre y es campana
en los caminos de la núbil noche.
Es moneda que baila en la rayuela
y en días de mi vida tormentosa,
también en las espinas de una rosa
y a todos con su toque nos consuela.
Descubre los momentos de la vida
con sus liras y gracias tan risueñas,
delicia de mis flores hogareñas…
es escarcha y verdad apetecida
¡Canto a la alegría! Hoy surtidora
y saciedad de noches sin reposo,
chispazo del destello de mi gozo
en todos los minutos de mi hora.
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