Un poema deshonesto
y una canción inconclusa
son pesares de mi musa
guardados en un cajón
donde no existe el perdón
cuando abundan las palabras
y lo que sobra sí daña
las mentes que no responden
a nada que no esté en orden
o falto de inspiración
Cantarle a las realidades
en su más pura crudeza
suele requerir destreza
si no se quiere ofender
las miradas temerosas,
los cuerpos estructurados
de los que sin ser soldados
se parecen demasiado
al que camina de lado
tan solo por precaución
Màs no le pidas que escriba
verdades aproximadas,
angustias dulcificadas,
avispas sin aguijón,
o borrar de un solo trazo
las líneas que no concuerdan
para que la historia tierna
tenga el hermoso final
que acabas de imaginar
con algo de presunción
Aproximar las verdades
desdibujar los caminos
pareciera divertido
sobretodo en la ocasión
en que embelleciendo historias
nos tornamos en gigantes
quijotes sin rocinantes
caminando bajo el sol
mientras resuenan aplausos
regalando aprobación
Pero aunque mucho le insista
mi musa no se convence
con la blancura aparente
ni la blanda suavidad
de aquella media verdad
que haría salir del cajón
el poema deshonesto,
terminarse la canción
y tal vez de inspiraciones
encontrar la salvación
|