No importa el título del poema,
menos la fecha de su publicación,
tampoco si durante enero rompo el esquema
y, muchísimo menos, si causo confusión.
Madre, mi calendario no tiene hojas,
ellas se quedaron todas contigo;
al partir se convirtieron en rojas rosas,
mi calendario no está, pues, perdido.
Llegará más adelante el diez de mayo,
lamentaremos en familia tu ausencia;
Fita, para mí siempre es diez de mayo,
cuánto quisiera estar ante tu presencia.
Rompí el esquema y la fecha del calendario,
no importa el título del poema;
diez de mayo es para mí fecha del diario
y no importa, durante enero, romper el esquema.
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