Hoy te recuerdo con alegría,
porque sé que otra misión
tienes encomendada
por el Supremo Hacedor,
que te llevó a su lado
en un suspiro, en un instante...,
dos años han pasado
y te recuerdo con mucho amor,
con cariño y gratitud
por haber sido tu hija,
por haber compartido contigo
tantas alegrías y tantas sorpresas
que nos deparó la vida,
lágrimas también hubieron
y ratos tristes y amargos,
de todos los momentos
aprendí a través de tu consejo...,
padre querido, te extraño, te quiero.
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