La barba sin rasurar,
las manos en el bolsillo,
en la boca un cigarrillo
intentando protestar
y en el medio del lugar
como marioneta rota
un bandoneón que a las notas
sin querer las hizo anclar
Acunado por el humo
que sin valor se dispersa
como poniendo reversa
a un dolor sin cancelar
el aire se vuelve mudo
concierto de arpas dolientes
donde sudores urgentes
solo saben zozobrar
Noche de alcohol y cantina,
noche de rostros sin nombre
donde no hay nada que asombre
ni estampas para guardar,
solo dejar que la vida
muerda sin prisa sus pasos
dando solo en todo caso
rienda suelta a algún llorar
|