Encuentro en cada día una flor,
extrañas,
de colores no siempre definidos,
a veces
las hallo nubosas bajo gotas de frío rocío
color pálido desanimo
aroma intenso a dolor.
Otras
color sangre y sudor
elevan el espíritu y lo arrojan al infinito,
olor muerte sacrificio
aun así, no dejan de embellecer el entorno.
Hay días que a veces,
solo a veces
encuentro multicolores,
radiantes sonrisas de la vida
esas que todo lo inundan briosas,
sublime perfume a mujer,
intenso
fresco y dominante guarda esencias de libertad,
no caben las palabras en el universo
al describirlas,
ellas llenan de alborozo el horizonte
que se presenta con fehaciente esperanza,
el día de mañana
que volveré a encarar con nuevo bríos,
Quizás la flor de mañana en mi corazón
me depare colores tristes,
solo ruego que el color del odio
nunca se asiente en la tierra de mi alma.
Si lo ocurriera
no dejaría de ser una flor
que invitaría a contemplarla
a medir mis caminos, a comprender,
para dar vida a otra flor,
fruto del apareo del aprendizaje, la experiencia y el amor…
en lo crudo y bello de cada día,
en lo crudo y bello de la vida.
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