Piedra que camina en el ruido matutino
de la calle nueva que ayer se inauguró,
asfalto que grita nombres en el silencio
de ruedas que pasan sin velar por la
semilla de ayer.

Agua que cautiva el calor del camino
que hasta ayer sonreía verde cual presencia
divina ente los golpes de la vida que dan
los autos golpeados.

Viento que lleva el gas acecino al cielo
azul de pensamientos, cielo que ve perder
la batalla contra la perdición de risas ocultas
entre rostros que ven su fin en su faz.

jpcuenca