Negrura de pasión, es noble y pura,
la endecha donde cabe el sentimiento,
es viento suave, luz y fino aliento
de tu magia y doliente arquitectura.
¿Pero cómo volver a la negrura
de ese artero y fugaz del sentimiento…
segundo que discurre siempre lento
cubriendo de dolor tanta ternura?
Las horas las combates por tenaces,
los minutos se escuecen cuando naces,
la cábala sin fin te rememora.
Se transmuta tu esfinge empedernida
en la piedra que nace de la herida
y en los tintes, remedos de la aurora.
|