Te escondes en el tumbo de las olas
y alegras con tus juegos mis matices
cuando nadas haciendo tus cabriolas
y miras a los niños tan felices.
Me encanta tu mirar, tu libre impulso,
tu cuerpo soberano entre las olas,
pues vibras con tu ser así convulso
entre ballenas de gigantes colas.
Eres rey en los mares abismales
y sonar en el fondo del océano,
reluces con tus formas siderales
cuando palpas los dedos de mi mano.
Tu boca de botella me parece
un rictus de payaso empedernido,
tu signo de marino no decrece
en las aguas que son siempre tu nido.
|