Árbol de hojas caídas,
ideas de emancipación eterna,
de incongruencias perfectas,
el sonido musical de lo perdido
es mi voz.
Semillas de luz que oscurecen
la visión con su manto de somnolencia,
de tumultos perpetuos, el calor
más humano es la tierra mojada.
Ramas secas que nacen eruditas
de la imprecisión, neuronas
rebeldes que hacen de la cabeza
el más dulce tormento.
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