Que nadie vea si te odio o te he querido,
que nadie sepa si te amo o te maldigo,
que nadie atisbe de mi un triste alarido,
que nadie oiga esta noche mi aullido.
Pero también te digo,
hiéreme palabra, más no me degüelles,
no ves que la muerte me tiene presa,
rodando en cada lágrima por mis sienes?.
Me iré trás ella un día no lejano,
entonces quizás te preguntes sin pensarlo,
como sería un beso de sus labios?
Para entonces estaran frios, helados,
perdieron todo calor y amarga pasión,
cuando en vida fueron rechazados.
Ahora ya no hay ilusió ni encanto,
ahora solo hay razón, silencio quebrado,
no hay odio ni amor, porque todo es pasado.
|