Cuando la colina se llena de flores,
sus ojos la miran con intensidad
y todos sus sentidos se funden en ella,
bañando su cuerpo en un mar de colores.
Cuando el mar a sus pies llega,
inunda su corazón un suspiro de amor
y su alma navega hasta el horizonte,
buscando aquel navío mil veces soñado.
Cuando el lago se ilumina en la mañana,
la claridad inunda su inmensa alma,
entre las montañas de su gran belleza.
Cuando la luna platea los sembrados,
sus pensamientos descansan en el sueño
y logran un suave y cálido beso
de la felicidad vivida.
|