Un día me decias que ahi estabas,
hoy te busqué entre penumbras,
y mis oscuridades mas largas,
no me viste, donde andabas?
Mi alma aterida, sola, gastada,
se pregunta en silencio,
donde encontrar hoy tu palabra?
esa mano tendida que me dabas.
Has huido sin avisar, lejos,
dejando atrás, mi vista nublada,
impidiéndome ver la distancia.
Mi tristeza algo solapada,
buscaba un refugio cálido,
donde descansar de tanta carga.
Mas no olvido las horas doradas,
que me arropaste en mi llanto,
cuando todo se me negaba.
Gracias amigo silente,
por ese calor que un día,
licuaba mis heladas lágrimas,
gracias por estar ante mi,
cuando todo me faltaba.
|