La abstracción de mi amor es una brillante luz
en el profundo centro de un vibrante remolino
que gira sin cesar dentro de mi alma y de mi cuerpo
reclamando una somatización del todo imposible.

Quizá esa frustrada inquietud es la que me inspira:
un día es un paisaje, otro la música, otro la melancolía,
un día es la vida misma, otro la misma muerte,
todo lo que expreso tiene ese amor encerrado.

Sí , sobre todo, son personas queridas los autos,
los móviles que me transportan a la escritura.
Sí, son sonrisas y lágrimas, son gestos de amistad,
son las expresiones humanas del gran afecto.

Si no fuera por ese dichoso motor eterno
¿qué sería de nuestra preciada vida en poder
de la endiablada rutina de los compromisos,
de los deberes, de la necesaria obligación?

En fin, ¡viva la belleza de la abstracta emoción!

Jorge Luis Torres