¡Pensando, pensando, soñando, soñando!
Paso los días descalzo, en la playa solitaria,
Paseando por la orilla sin notar el agua,
Susurrando canciones de la lejana ciudad.
Gritando, a veces gritando, saltando de rabia,
Simulando alegría, riendo a las olas y a los pájaros,
Corriendo, a veces reptando, sentado en la charca,
Mirando el adiós del sol, su vuelta deseando.
Hoy he roto a llorar, por fin siento el abandono,
Hoy soy consciente del dolor de la soledad,
Hoy disfruto también de su agridulce sabor.
Con su permanente regusto convivo,
Con su salado, con su mojado recuerdo gimo,
En su arrugada y gélida piel me acuno.
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