Bellos rayos Madre santa
se desbordan de tus manos,
milagros que a los humanos
nos ofreces cuando canta
un ángel que se levanta,
silencioso entre tus rosas,
con bendiciones gloriosas
para la patria que llora
por el fuego que devora
con sus llamas dadivosas.
Que sea tu celeste manto
la cobija protectora
que nos cubra en esta hora
y enjugue también el llanto
de mi tierra que en su canto
reza amor al firmamento
por el atropello cruento
de rocas y llamaradas.
Que vuelva a nuestras miradas
el sereno sentimiento.
|