Ay mi gran amigo ausente,
ya llegó ese tiempo,
en que no temo perderte.
Porque nunca te tuve,
solo fue un sentimiento,
cargado de muerte.
Tu apagaste con tu silencio,
cuanto habia candente,
la lluvia del olvido,
me hizo rescoldo de repente.
Hoy no ansío leerte,
veo tu nombre, no sufro,
quedo impasible,
como sombra inerte.
Decirte muy alto quiero,
que soy feliz con suerte,
amo con todo mi ser, soy amada,
sin distancia, solo presente.
|