Amemos nuestro amor, tal vez despierto,
bebamos sin piedad nuestras flaquezas.
Delicia para ti son los sentidos
en el toque rumboso de las sombras.
Entrega el corazón, si ya bebimos
la tibia exquisitez que profanamos.
Amar es el sabor que hoy nos damos,
querer es la pasión que nos uniera.
Dilecta sin razón de estar conscientes,
serena soledad cuando besamos.
Sacudir el amor a dentelladas
es la terca ilusión... qué más quisiera.
Ponderar el final… hasta la muerte
y darnos la pasión a bocanadas.
El pago de soñar es para entonces
la rueca del honor en propias manos.
Las fauces del placer en cruel espera
alientan la simbiosis cuando amamos.
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