Carcomido cuerpo que viaja solo
por la penumbra, nombra su nombre
una vez mas, para perder el tiempo
en ojos de la nada, en palabras que
no lleguen a ser impuras.
Torturada alma, vieja y lenta cual
pedazo de nube, alcanza sus memorias
y retoca con pinceladas su corazón
congelado por los años de espera
vana en el banquillo de la realidad.
Perdida locura mental, trata de hacer
el esfuerzo máximo de escribir la carta
que la saque del vacío y haga por fin
un aria que llene de vida a la muerte
negra que nos alcanzo a los dos.
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