Cómo puedes andar con tu inocencia,
tan feliz, sin que arriesgues la cartera,
ante el mundo que quieres, compañera
del alma, si abandonas tu prudencia.
Si sabes que persigo con paciencia,
hasta el fin de la duda más certera
evitando exhibir en bandolera,
todo lo que me exige la conciencia.
Y tendrías razón, si no pensaras,
que existe otra verdad que la presente,
donde fuera posible recordar
todo lo que en tus sueños encontraras;
si sabes que el amor llega a la mente
antes de pretenderlo arrinconar.
|