En dónde me pongo o me meto o me escondo,
si de tus senos ando huyendo,
de tu sonrisa, de tu suave brisa.
De tus muslos, de tu siempre
de tu luego, de tu nunca:
de tu ego.
Cómo te borro,
tu saliva me toma por asalto,
tu fantasma me acosa
y el calor me agobia, me cansa.
Tus hombros camino
y tu sombra me alcanza.
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