Tu desnudez es frágil
como ala de mariposa
y se esconde en la penumbra
de mis sueños de marino.
La palpo con mis labios
cuando vibra como sombra tenue
y rumbosa, de un trasluz
capcioso e insondable.
Es la magia de esa piel
la delicia que corona
las profundas aguas
de todos mis reclamos.
Es el oscuro de tus ojos
la ventana venerable
de un rostro matizado
de preámbulos festivos.
Bendita desnudez
ceñida como una guirnalda
y caprichosa como
un suspiro azul y leve.
Formas, tenaces como el viento,
onduladas como el agua…
se hechizan en la tarde
y se encienden en cuerpo y alma.
Es el grito de tus manos
y la magia de tu figura,
la copa siempre festiva
de tus hombros y la aurora.
Con el manto que provoca
y los párpados sumisos…
regálame tu piel desnuda
tamizada de pudores.
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