Mírame amor, mírame a los ojos
y dime si en verdad no ves en ellos
la diáfana expresión de sus destellos
cuando te miro envuelta en un sonrojo.
No debes pensar que sea un antojo
anhelar que me mires de esa forma
al tenerte en frente me transportas
a un mundo de ilusiones todo rojo.
Como lo es la sangre de mis venas.
El amor, que siento cuando llegas
junto a mí, envuelto de pasión.
Mirándome de forma que convida
a disfrutar lo hermoso de la vida
en el ardiente fuego del amor.
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