Me descarné los pies en las montañas
buscando el origen de los ríos.
Yo pensaba en un ojo de lágrimas enormes
Una tierna explosión de peces incoloros.
O un lento derramarse de burbujas fetales.
Pensaba en un dios inmenso y distraído
orinando milenios a la sombra de un molle.
Pero encontré otra cosa;
una humedad antigua barnizando las piedras,
un musgo transparente,
indefensos reptiles de un rosa casi ciego,
un murmullo impalpable,
cuchicheo de insectos invisibles,
viento;
y más arriba aún:
Un olor a tiempo no nacido
acariciando la idea de mojar a los hombres.
(De la serie La Búsqueda de "El Escriba de los Epitafios" 1990)
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