Si mis ojos lograran ver el brillo
que refleja el semblante de aquel alma
como siente la faz de un mar en calma
mirando desde el cielo a su castillo,
amarían con labios de chiquillo
levantando en sus manos rica palma,
como deseo súbito que ensalma,
el reino desde donde me arrodillo.
Pero quiero besarte bajo el sol
donde se escuda rápido y veloz
mi fantástico y trémulo delirio,
siguiendo tras la pista de un crisol
diciendo y murmurando en alta voz
que nunca soporté mejor martirio.
|