En esta madrugada de lenta amanecida
estuve recordando los besos que te d,
estuve recordando la triste despedida
cuando, con esperanzas, de tu lado me fu.
Me fu con la esperanza de encontrar el camino
que nos lleve derecho a la felicidad,
pero no imaginaba que el duro y cruel destino
hiciera que ahora viva en triste soledad.
En los brazos tenas a nuestra tierna hijita,
un beso carioso en su frente le d
y ahora que amanece, con fuerza mi alma grita
maldiciendo el momento del da en que part.
De qu me sirve ahora el camino encontrado...!
De nada me ha servido alejarme de t...!
Te has muerto, esposa ma, y tan slo han quedado
en mi mente los besos que aquel da te d.
Cuando a m me avisaron, era de madrugada,
abandon mi puesto para estar junto a t,
pero llegu muy tarde y no pude hacer nada,
slo una fra loza, que te cubra, v.
No me encontr a tu lado cuando ya t viajabas
al cielo donde espero algn da llegar,
te ruego me perdones pero yo s que estabas
recordando los besos que nos pudimos dar.
No quiero imaginarme cmo qued mi hijita,
-Mamita est durmiendo- le escucharon decir.
-Seguro que papito debe venir ahorita
a despertar a mami que se ha puesto a dormir-.
De aquellos que escucharon lo que dijo mi hijita,
algunos no pudieron el llanto contener,
cuando ella vi sus caras solt una lagrimita
que por sus dos mejillas empez a descender.
Seguro en ese instante ella empez a llamarte,
t no le respondas pudiendo as entender
que no despertaras y un beso logr darte...
cuando la urna cerraron ya no te pudo ver.
Luch por nuestra nia que ha crecido sin madre,
yo s que en sus recuerdos por siempre vivirs,
no me ha dejado solo y a diario pide al Padre
para que continuemos llenos de amor y paz.
Ya es una seorita y lleva en su memoria
recuerdos de su infancia que al fn puede entender,
sabe que tu destino es estar en la gloria
pues fuiste buena madre y ejemplo de mujer.
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Maracaibo 18/10/05
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