Sólo dime si escuchas a ese desquiciado
que danza y regocija en tu presencia,
chocando en las paredes de un latido.
Dime si escapa su voz, que hoy sólo sabe tu nombre.
No sé por qué quiere habitar en ti,
alojarse en un rincón de tu pecho,
descalzo de memorias y el pasado.
Me ha dicho que quiere sentirte,
como esa gota de lluvia fresca que acaricia las sienes,
sentir que esa mano firme le rescata del empedernido olvido,
Me ha dicho que imagina verte
en el óleo mojado de tonos radiantes, de topacio y azul,
encadenado a la cautiva y derrotada memoria;
en miradas de seda y alabastro, sedientas de ti.
Sólo algo más te diré…
para él, eres y serás, aquel corazón,
al que siempre regresa a encontrar el suyo.
|