Si cuanto menos me cautiva el mundo
más me empeño en saber como se vuela,
aunque grande es el miedo que me cela
con mi afán tan real como profundo.
Y es que de sobra siento cuanto me hundo,
siendo educado en la mejor escuela
que siquiera me deja su secuela
cultivada en el huerto más fecundo.
Porque me quiero loco de contento,
antes que remolón inconformista,
víctima del forraje periodístico,
no asumo mi papel por el momento,
ni comparto el criterio antagonista
que espero me convierta en un buen místico.
|