Ahora sí que hasta el final de mundo
mis intrépidos pies me han trasladado,
siendo este reto al que me veo atado,
donde me surge un gozo bien profundo.
Ahí se aferra un sueño tan fecundo,
como a la vida he de seguir ligado
por mas que los cincuenta he superado
no dejaré de ser un trotamundo.
Porque si límites me fijo yo
nunca sabré que tal sujeto soy
dejando al diablo decidir por mí.
Porque jamás voy a decir chapó
quedándome callado donde estoy
lamentando lo mucho que perdí.
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