Caminando entre cerros y quebradas
se levantan esbeltas y elegantes
como si fueran pétalos gigantes
nuestras Torres del Paine, que encantadas,
y no en vano por todos admiradas,
se tornan en fortín de caminantes
donde llegan muy prestos aspirantes
tratando de probar sus escaladas.
Si duro fue llegar hasta sus pies
sin que desfalleciera en mi fervor,
imaginar quisiera,¡ quien pudiera!
voltear el planeta del revés,
y ver desde la cima sin temor
que la amistad es su mejor bandera.
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