Tan deprisa me late el corazón
que apenas me lo palpo ni lo siento
y entre más le presiona el sentimiento
bastante más se enreda su ilusión.
Tan pronto se empalambra de pasión
como de pronto saca su argumento,
desde luego no falto de talento,
que le sume de nuevo en confusión.
Quizás le influya el paso de los años
que cada vez se vuelan más deprisa
agotando las pilas que le quedan,
porque ya sean menos los apaños
que el cielo le provea de esta guisa
y sus mermadas fuerzas nunca cedan.
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