Trabajarse por dentro no conlleva
creerse a pies juntillas sin reparo
todo cuanto un profeta con descaro
pretenda que su labia nos eleva.
Porque a veces por mucho que nos llueva
no se abre de repente ningún claro
aunque un secreto sentimiento avaro
haga prever que el alma nos subleva.
Ahí fuera buscamos a menudo
lo que dentro llevamos bien secreto,
sin pulir el remedio más sutil,
que resultando gratis pero mudo,
valor no le prestamos ni respeto
por creerlo nefasto y juvenil
|