Aunque fuera posible demostrar
la existencia de Dios en nuestras vidas,
me pregunto entre todas las movidas,
qué frutos se podrían esperar.
Si la necesidad de adulterar
tantas formas de vivas doloridas,
al meternos en luchas fratricidas
encima nos obliga a venerar.
No puedo separar mi estrecho juicio
del enorme desorden infinito
que existe más allá de la materia,
poniendo la verdad a mi servicio
sin ninguna otra fe por requisito
que borre toda clase de miseria.
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