Si mi cariño no vagara tenso
por esos andurriales del amor,
no habría de sentir ningún temor
o por lo menos es lo que yo pienso.
Pero a veces me siento algo indefenso
hasta que me violenta un gran pavor
y tan pronto me busco un salvador
cuanto más mi equilibrio descompenso.
Si aprender en la escuela de la vida
necesita de muchos profesores
para que la lección de veras cunda,
nunca más debe darse por sabida,
evitando que surjan los dolores
por lo menos de forma tan rotunda.
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