Si acaso miro atrás con añoranza
disimulando un triste compartir
hoy tendré que aprender a resurgir
sin amor, sin bondad, sin esperanza.
Porque después de tanta desconfianza
¿a dónde me tendré que dirigir
sin tener que rogar ni requerir
un gran cariño libre de venganza?
Como soy muy sensible a los codazos
que la vida entre bromas me propina,
¿quién no se presta a recibir cumplidos
tratando de esquivar los garrotazos
sin pasar todo el día en la cantina
aunque deje los sesos entullidos?.
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