El amor es pesar y siempre llora y gime,
me dijo una mujer de voz fuerte y altiva …
pero a veces también con pausa sensitiva,
remanso del honor y por demás sublime.
Si no me crees -tal vez- entonces ven y dime:
porqué el amor es faro de luz inquisitiva
o en una tumba yerta es calma receptiva
y a veces con nostalgias es claustro que redime.
Mi madre encantadora lloró con desconsuelo
la ilusión ya perdida en noches borrascosas
pero tocó mi frente con manos temblorosas
y fue su amor bendito, mi ánima y mi cielo.
Aquel tiempo -que tú- sin pesar me pediste
halló el amor profundo, rotundo, verdadero,
al descubrir la flama y el fuerte ventisquero
del cariño veraz que a nada se resiste.
Se dan amores castos y algunos insidiosos,
también encantadores, los otros extasiados,
los más aduladores están muy extraviados:
pasiones caprichosas… amores tendenciosos.
Amar, es convivir tal vez sin pensamiento
y darse por entero con risas y sin cuitas,
besar las rosas siempre… las penas ya marchitas,
purificar el alma con luz y sentimiento.
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