Azotada estuvo mi alma,
por aquél frio viento,
de tu beso medio tibio,
anunciando mi desierto.
En penumbra y tiniebla,
dejo mi pie descalzo,
por el sendero angosto,
gastando su fino lazo.
Entre recuerdos tristes,
y melancolia infinita,
de un amor imposible,
que la alegria me quita.
Al pie del muro me quedo,
donde amor nos juramos,
para que alli me encuentres,
si un dia nos buscamos.
|