A Sara, mi ahijada sobrina
El grito de tu menarca
es el comienzo de tu ilusión,
¡oh! mujer en formación,
latente en tu pecho la barca
de aquella que navega
en juveniles rebeldías,
como ímpetu que ciega
la razón y la moral de los días
Cómo no entenderte niña-mujer,
cuando tus caderas mueves
y tus pechos incipientes
insinúan a la virginal mujer
Tu carácter como siempre,
tu hermosura como nunca,
recuerda que un faro es tu madre
y una boya tu abuela
Eso eres Sara preciosa
bella barca de estirpe sinuosa,
aún sin remos y timonel,
pronto ¡yo lo sé! , llegarán olas de miel
Serás tan grande como la mar
de tus sueños tempranos
¡oh! niña-mujer, esperando amar
al que entrelace tus manos
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