☰ menú
//



Elegía a mis ojos

Ojos extravagantes, precipitosos ojos,
tuvieron en el vientre
de mi madre la paz de sus tinieblas,
sutiles manantiales,
y vieron el latir de sus entrañas.

Luego al nacer hirieron sus retinas
los libros de mi credo
en la iglesia y la pila del bautismo
y fueron para bien
las ventanas de todo mi eufemismo.

Supieron -de niños- mis calmos ojos
voltear hacia la luna
y medir de los montes la distancia.
Si cupo el mundo en ellos
fue un secreto de viejas quiromancias.

Miraron a los pobres, la riqueza,
a los cansados viejos,
a los niños dejados en la calle
a la mano de Dios...
y a la miseria en todos sus detalles.

Estos calamitosos ojos -que de jóvenes-
supieron del espanto
de ver sangre tirada en los caminos,
mis tesoneros ojos
muy curtidos a veces por el llanto.

Pudieron soportar crueles ventiscas,
el embate del fuego,
terremotos de fuerzas colosales,
la luz de una mirada
y el requiebro de diosas y vestales.

Estos ojos nacidos al quebranto
de un loco amanecer,
descubrieron ha tiempo el caserío
de la lujuria de los horas muertas
y se dieron al placer
de contemplar las márgenes del río.

Nunca iracundos, fosas piadosas,
lectores de mil noches,
a veces desolados vagabundos
pero siempre felices
al tremolar de todos los derroches.

Cargados de la mies y la substancia
de casas non sanctas,
llevaron a mi vida el equilibrio
de comprenderse humanos
y por demás sensibles al ludibrio.

Dispuestos a mirar las cosas bellas
captaron de la noche
la danza de mágicas luciérnagas,
la faz del horizonte
y el brillo cenital de las estrellas.

Ojos serenos de mirar tan mío
ojales de prodigio
y umbrales de mi yo espirituoso.
Ojivas colocadas en mi frente...
son una suave pausa
para mitigar al orbe tan sombrío.

Sellaron con lágrimas
la ilusión rota de mis viejos tiempos
y vieron trajinar en los destinos
la fiebre del pesar
de aquellos años para siempre idos.

Ansiosos como el ave
que irrumpe majestuosa en la mañana,
febriles y candentes...
mis tendenciosos ojos mirarán
los aciagos perfiles de la muerte.

Serán los ventanales
por donde salga el alma adolorida
¡Oh..! Noche de mis males,
cuando le diga adiós a mi familia
al subir a la barca
donde despedimos al mundo y a la vida.


Julio Serrano Castillejos

Copyright © Todos los derechos reservados.

Publicado el: 12-04-2009
Última modificación: 13-09-2010


página personal de Julio Serrano Castillejos


editar deja comentario al poema ver mensajes ver comentarios al poema

regresar



POETA VIRTUAL no persigue ningún fin de lucro. Su objetivo es exclusivamente de carácter cultural y educativo, mediante la difusión de la poesía. Los poemas y cuentos presentados en este portal son propiedad de sus autores o titulares de los mismos.


Copyright © 2017-2024 Poeta Virtual Inc. Todos los derechos reservados.
Copyright © 2017-2024 Virtual Poet Inc. Worldwide Copyrights.