Si aquí vivimos bajo un mismo techo
asegurándonos un buen cobijo,
como si fuéramos el único hijo
que goza de la vida satisfecho,
que nadie duerma fuera de su lecho,
aunque muchos conserven su cortijo
donde el más desgraciado por canijo
ha de vivir sin lujo ni provecho.
Si acaso fuera amor lo que se busca,
desconfiando llevarlo entre las pieles,
sin duda, en el poder nos refugiamos,
desconfiando de quién su piel chamusca
cuando sin fe se pierden los papeles
porque en la cuerda floja siempre andamos.
|